Hace 4 meses
19 agosto, 2008
SILENCIO
La gente se ríe cuando digo que le temí al silencio gran parte de mi infancia. “Se nota” me dicen “con lo que hablás…” Tienen razón, mi desenfrenada forma de hablar se debe a esta fobia infantil, muy ligada a la relación que he hecho toda mi vida de “oscuridad + silencio + soledad = muerte”. Y así fue como estos cuatro conceptos que al principio me aterrorizaban se han ido afianzando en mí hasta el punto de que los primeros tres me fascinan.
Y descubrí que hay tantos tipos de silencio…
Está el silencio incómodo entre dos personas, ese que cada uno quiere romper pero que ninguno sabe cómo y no se atreven a hacerlo, el silencio de los recuerdos, en el que las voces y las imágenes recurren a la memoria como moscas a la luz, mientras una sólo quiere olvidar; existe también el silencio donde las palabras sobran, cuando el lenguaje del cuerpo es todo lo que importa: una mano apoyada con dulzura sobre una cintura, un beso fugaz, un repentino choque de miradas…
El silencio me generó miedo muchos años y ahora me atrae de forma inexplicable ¿Será que intento encontrar en su paz la calma interior que hace tanto no tengo? ¿O tal vez sea que mi alma se rebela esperando alertarme sobre la importancia de cambiar de rumbo?
05/08/08
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2 comentarios:
El humano se acostumbra a las cosas, es por un lado ventajoso, se acostumbra a los distintos relieves del mundo y a sus climas, se adpata a distintas condiciones adversas, pero también un problema el genero humano se termina acostumbrando al dolor, al sufrimiento y a cosas peores, que las critica(según la persona) pero no hace nada para cambiar su situación.
El silencio o la música son exelentes para estimular el pensamiento, pero ese silencio incomodo, donde la atmosfera esta pesada y nadie sabe que decir, se ve cortada en el momento mas inesperado.
"el silencio de los recuerdos"
Duele, pero es tan delicioso...
El lenguaje silencioso de la piel es el mejor.
SE QUE TU CUERPO ME PUEDE HABLAR, SE QUE TU CUERPO ME PUEDE HABLAR.
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