
"Les pido esto: que si al final hay un asesinato,
quiero que cinco, diez, cien, mil personas se alcen; si una bala entra en mi cerebro,
dejen que destruya las puertas de todos los armarios;
les pido que el movimiento continúe
porque no importa el beneficio personal, ni el ego, ni el poder,
sólo importa que las minorías estén ahí arriba,
y no sólo los gays, sino los negros y los asiáticos y los ancianos y los minusválidos, las minorías...
sin esperanza las minorías se rinden;
ya sé que no se puede vivir sólo de esperanza,
pero sin esperanza no merece la pena vivir;
así que tú, y tú, y tú, tienen que darles esperanza... tienen que darles esperanza."

Harvey Milk.
(Nueva York, 22/5/1930 -
San Francisco, 27/11/1978)